Soñar es algo maravilloso, pero cuando los sueños se hacen realidad… no hay palabras para describir lo que se siente: es una mezcla de emoción, alegría, ilusión, nervios etc. Son esas cosquillitas que sentimos dentro de nosotros que se llaman FELICIDAD. Y para eso nació la Asociación Pídeme la Luna, para hacer muy felices a todos nuestros niños de la Unidad de Onco-Hematología del Hospital Infantil de Jaén y conseguir que cada día se cumplan todos sus sueños.
Pero hace tiempo descubrimos que a Pídeme la Luna le faltaba algo muy importante, algo que en cierto modo nos hacía sentir un poco huérfanos. Necesitábamos un Padrino de Honor que fuera un referente para todos nosotros y que además fuera de nuestra tierra de Jaén. Un padrino que nos entendiera bien y nos arropara con cariño. Así que lo tuvimos muy claro desde el principio, no podía ser otro que el gran cantante linarense RAPHAEL.
Y para llegar a RAPHAEL buscamos el camino más seguro; un camino sin obstáculos, un camino muy bonito, jalonado por tantos detalles de cariño y ternura: su esposa NATALIA. Ella supo caminar a nuestro lado desde el principio transmitiéndonos la ilusión y la esperanza de que un día no muy lejano veríamos nuestro sueño cumplido y así fue. Gracias NATALIA por todo lo que nos has dado. Así que el pasado 18 de Marzo de 2017 ha sido para toda esta gran familia de Pídeme la Luna un día inolvidable, porque ese gran sueño se ha hecho realidad: hemos conocido en persona a nuestro PADRINO DE HONOR RAPHAEL. Hemos podido estar junto a él un buen rato en nuestro hospital con los niños y sus madres, siendo escuchados y comprendidos, dejándonos contagiar por su fuerza y su alegría. Nos hemos reído con él, sintiéndonos arropados por su cariño y su paciencia, porque… nos hicimos todos infinidad de fotos y aguantó el tirón con la mejor de las sonrisas.
Pero la generosidad de RAPHAEL llegó aún más lejos y pudo hacer también muy feliz a la abuelita de Antonio, uno de nuestros niños. Se llama Carmen, una joven abuela que llevaba toda su vida soñando con ver de cerca a RAPHAEL sin haberlo logrado. Así que la emoción de Carmen no pudo ser mayor cuando no sólo vio de cerca a RAPHAEL, sino que también recibió un cariñoso abrazo suyo.
Gracias mil, gracias PADRINO, por lo felices que nos has hecho a todos, por haber venido a conocernos personalmente. Esto ha sido sólo el comienzo y esperamos verte muchas más veces por Jaén: ¡nos has robado el corazón!. Te queremos.
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