Con energías renovadas subirían al autobús que los conduciría al país vecino en compañía de sus familiares y enfermeros que forman esta asociación, y como una gran familia volvíamos a disfrutar todos de esa magnifica convivencia que nos caracteriza, en medio de un ambiente festivo y entrañable que hacía más ameno el largo camino que nos quedaba por recorrer: concursos de chistes, canciones, adivinanzas y otras sorpresas, serian nuestros compañeros de viaje que para nada se nos hizo largo.
Tras recorrer las bonitas playas onubenses, llegaríamos a ZOOMARINE: la emoción de nuestros niños crecía por momentos; después de colocarles una pulserita verde, un traje de neopreno y recibir una estupenda clase de expertos monitores, descubrían que una vez más soñaban pero despiertos, porque ¡¡allí estaban sus amigos los delfines esperándolos!! cuantas sensaciones juntas llevaban con ellos a esa enorme piscina…emoción, sorpresa, alegría, nervios, expectación… había llegado ese gran día donde la magia se fundía con la realidad y así fue como nuestros niños pudieron nadar, bailar, saltar y aplaudir junto a los delfines de sus sueños.
Finalizada la experiencia, los delfines les decían adiós con la cola y nuestros niños lo hacían con el corazón.
No se puede describir con palabras la inmensa felicidad que este viaje tan deseado ha supuesto para nuestros niños; ver cumplido uno de sus grandes sueños, ha sido la mejor terapia que han podido recibir.
¡¡Seguid soñando campeones!! y Pídeme la Luna alcanzará para vosotros el universo.