La ilusión y los sueños: una realidad

Era Sábado 15 de Diciembre de 2013, un coche de nueve plazas nos esperaba en Renfe a las 11 horas para llevarnos a Málaga, concretamente al Palacio de Deportes José María Martin Carpena; Laura y Celia iban a ser protagonistas de su gran sueño: CONOCER A VIOLETA y lo harían como siempre de la mano de la Asociación «Pídeme la Luna» que en su afán de hacer muy felices a los niños de Oncología del Hospital de Jaén, se ha convertido en una mágica fábrica de sueños.
Laura y Celia acompañadas por sus familias, pensaban que iban a la playa malagueña para participar en un concurso de castillos de arena, (eso es lo que se les dijo para que la sorpresa fuera grande de verdad) ilusionadas pensaban en sus cubos y en sus palas para construir su castillo mientras nos decían: «si ganamos será estupendo pero si no ganamos, lo importante es participar», con este argumento, nos daban otra nueva lección.
La afluencia de coches en las cercanías del «Martín Carpena» era cada vez mayor, pero cuando llegamos a sus explanadas, una multitud de niñas de 6 a 10 años las inundaban por completo, Laura y Celia preguntaban ¿pero todas estas van a concursar en los castillos? pero comenzaron a observar que todas las niñas llevaban algún objeto alusivo a VIOLETTA: gorras, bufandas, tatuajes en la cara, fotos, colgantes camisetas etc. de repente un gran cartel con la foto de la joven estrella de Disney, revelaría nuestro verdadero destino…Laura y Celia daban saltos de alegría mientras exclamaban: ¡¡madre mía, no puede ser verdad, pero ¿a donde vamos?!! cogidas fuertemente de la mano de Marisol avanzaban entre la multitud, no sin antes adquirir unas entradas especiales en PLATEA, regalo también muy especial de gente maravillosa.
Su asombro crecía al entrar en el recinto y ver el récords de asistencia de niñas de su misma edad 6-8 años que bailaban y coreaban todas las canciones de la joven estrella a las que inmediatamente también se unieron ellas.
En la retina de Laura y Celia quedará esta imagen imborrable; en su corazón el recuerdo de un día único, mientras que sus labios repetían una única palabra: ¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!!

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