Hablar del voluntariado es hablar de personas especiales, son personas que saben poner alma, vida y corazón en todo lo que hacen y dar lo mejor de sí mismas: un trocito de su vida, su tiempo y sobre todo su cariño para hacer felices a los demás sin escatimar esfuerzos, ellas siempre están ahí, ésa es la grandeza que las caracteriza.
Ellas desprenden en todo momento: ilusión, energía, buen humor, profesionalidad y mucha alegría, da gusto de estar a su lado. Así podríamos definir a todos los voluntarios que forman la Asociación Pídeme la Luna: Ana Mari, Moncha, Gema, Mónica, Blanca, Manoli, Lorena, Ana Belén, Sara, Marina, Oscar, Cristina, M Carmen, Sandra, Arantxa, Lorena, María, Ana, M Ángeles, Encarni, Colegio Alto Castillo etc. etc. Ellas van cada tarde al hospital a jugar, animar y entretener a nuestros niños que están allí ingresados en la Unidad de Onco-Hematología, ó también a animar a sus padres, a escucharlos, también contamos con su ayuda cuando se organiza una actividad fuera del hospital es una maravilla y una gran suerte contar siempre con ellas.
El Sábado, dos de nuestras voluntarias: Mari Carmen y Ana, llegaron a nuestro hospital con gran ilusión desde La Carolina, su pueblo, para llevar a nuestros niños hospitalizados una gran sorpresa llena de luz y color, llena de alegría y sobre todo de amor; esos fueron sus ingredientes para transformar las plantas tercera y cuarta de Pediatría en un mar lleno de peces de colores y también de pulpos y tiburones, hechos de globoflexia de verano, hechos con maestría, hechos con ternura y amor.
Gracias por la valiosa ayuda y el gran apoyo que de todos recibimos muy especialmente gracias a Pepa Albacete que dirige el timón del voluntariado con tanto esmero.
Gracias Mari Carmen y Ana por todo, pero especialmente por ser como sois.