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“El tercer cuento de nuestra asociación es un homenaje a todos los voluntarios, personas a las que les une una misma pasión desinteresada: ayudar a los demás sin pedir nada a cambio. Aunque, en realidad, sí obtienen mucho por su labor: en nuestro caso, momentos con los niños llenos de risas, de miradas llenas de afecto y cariño, de olvidos de su dolor o tristeza mientras están jugando con ellos o siendo acompañados en viajes y actividades fuera del hospital, … todo ello tiene, sin duda, un incalculable valor. Este cuento, en fin, pretende ser un regalo de Pídeme la Luna a sus voluntarios, de dentro y fuera del hospital, una mínima forma de agradecerles su perenne y callada labor con nuestros niños de Oncohematología.”